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Duelo e insulina


Mi insulina no ha andado del todo bien. El año pasado empecé con síntomas como fatiga, mucha hambre, antojos por carbohidratos, dolores de cabeza, estado de ánimo deprimido, cambios en mi peso.


Algo estaba raro. Acudí con mi médica, me hice los análisis correspondientes y, por primera vez en mi vida: dislipidemias, la insulina y la glucosa fuera de rango.


Eso explicaba perfectamente cómo me sentía. Sin embargo, ¿resistencia a la insulina, yo? No me lo explicaba. Pero aunque mi mente no lo comprendiera, los síntomas y los laboratorios estaban claros. Inicié con tratamiento médico-nutricional. Y sigo. He mejorado en muchos aspectos. En otros, mi cuerpo se sigue adaptando.


Cuando dejé de darle vueltas a la pregunta: ¿por qué? y acepté que mi cuerpo cambió, y que ahora tiene otras necesidades, tuve una fuerte toma de conciencia en una de mis sesiones de meditación: el desajuste en mi insulina era consecuencia del duelo.


¿Del duelo? Sí, del duelo.


Entre 2019 y 2020 viví un divorcio, la pandemia, pérdidas económicas, cambios inesperados en mi equipo. Y aunque parecía que yo estaba bien y mi mente tenía claras estas pérdidas, mi cuerpo vivió el proceso diferente.


Tantos cambios importantes pusieron a mi cuerpo en un estado crónico de estrés, cuyas consecuencias comencé a sentir en 2021.


¿Has escuchado frases como: “le dio diabetes de un susto” o “después del fallecimiento de su familiar se le subió el azúcar”?


Esos dichos populares hoy me hacen mucho sentido.


Si bien un susto o un fallecimiento en sí mismos no son la causa de enfermedades metabólicas, el estrés que pueden producir sí es un factor desencadenante.


¿Cómo así?


Primero, entendamos la relación estrés – resistencia a la insulina:


Cualquier evento impactante de vida, activa nuestra respuesta de estrés con el fin de protegernos y hacerle frente. Esto es natural y adaptativo. Sin embargo, cuando la respuesta de estrés se mantiene activa de forma crónica, se generan cambios en el eje HPA (hipotálamo- pituitara-adrenales), lo cual causa hipercortisolismo (exceso de la hormona cortisol), cambios en los patrones de sueño-vigilia, en el apetito, en el estado de ánimo, en el funcionamiento de los estrógenos, tensión muscular, falta de motilidad intestinal, y además, ocasiona que al cuerpo se le dificulte cada vez más salir de ese estado de estrés crónico y relajarse.


¿Te ha pasado que a pesar de tomar vacaciones, dormir 8 horas, tomar un baño de burbujas, no puedes relajarte? ¡Hola exceso de cortisol!


Y por si fuera poco, el exceso de cortisol afecta la sensibilidad a la insulina, lo que puede inducir la resistencia a la misma. Además el hipercotisolismo, promueve el aumento de los triglicéridos y el colesterol en sangre, y aumenta la oxidación celular, la cual también está relacionada con la resistencia a la insulina.


En pocas palabras, exceso de estrés = más probabilidad de desajustes en la insulina.


Ahora, entendamos el duelo:


Un duelo es el proceso a través del cual nos adaptamos a las pérdidas. Y siempre es estresante porque implica cambios, decisiones, emociones intensas y un reajuste en el proyecto de vida.


Ahora imagina lo que pasa cuando, como a mí, se juntan varios duelos.


¿Estoy diciendo que una pérdida causa resistencia a la insulina o diabetes o que todas la personas que atraviesan duelos tendrán desajustes hormonales? De ninguna manera.


Lo que quiero decir es que en mi caso particular, sí veo una asociación directa y la comparto porque creo que ejemplifica la importancia de dejar de separar procesos psicológicos de procesos fisiológicos. La fisiología es psicología y la psicología es fisiología. Y por eso, el diagnóstico y tratamiento deben ser integrales.


Yo estoy convencida que seguir procesando mis duelos, está ayudando a que mi cuerpo pueda regularse nuevamente y que los medicamentos, suplementos, pautas nutricionales y hábitos, también ayudan a integrar el duelo. Todo se retroalimenta y todo se integra.


¿Qué hacer?


Te voy a compartir lo que yo he hecho.

Cuando cobré conciencia de la relación entre mis duelos y el comportamiento de mi insulina, lo primero que hice fue abrazar fuerte fuerte a mi cuerpo. Para darle las gracias por todo su esfuerzo. Por mantenerme con vida y funcionando aún en tiempos difíciles. Reconociendo todos los ajustes que tuvo que hacer y el cansancio en el que se encuentra hoy.


Me he comprometido con mi tratamiento médico-nutricional-psicoterapéutico y he priorizado mi autocuidado.


Estoy cultivando el arte del contento para salir del ajetreo.


Me he educado más en resistencia a la insulina.


Y le estoy dando tiempo a mi cuerpo para que se reajuste. Tomando responsabilidad de lo que puedo hacer y dejando a mi cuerpo hacer lo que le toca.



¿Has notado la relación entre momentos estresantes de vida y tu salud?


Me encantará leerte


Ana Arizmendi

Ana es psicóloga y directora de Psicoalimentación®


Lectura recomendada:

Janczura, M., Dropinski, J., Gielicz, A. et al. Potential roles of psychological and oxidative stress in insulin resistance: a cohort-based study. Diabetol Metab Syndr12, 58 (2020). https://doi.org/10.1186/s13098-020-00566-8


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